Hoy quiero cambiar un poco de tercio y hablar de otra cosa que no sea Exertas. Este verano me puse a leer por fin la novela El nombre del viento y El temor de un hombre sabio, y el protagonista de ellas es un bardo. Y evidentemente dentro de las novelas las canciones y las historias narradas tienen una gran importancia y hay partes del libro que basculan sobre ellas. El bardo es uno de los arquetipos de los juegos de rol de fantasía, y existe como clase de personaje o profesiones en muchos juegos, pero no acaban de funcionar, al menos en mi experiencia.
Con la influencia de los libros en mi cabeza de buenas a primeras amplié el trasfondo dedicado a la música e instrumentos musicales en Exertas claro, y luego me plantee que se podría a hacer para dar preponderancia a este tipo de personajes en las partidas. Soy muy consciente de que cada medio narrativo tiene su propio lenguaje con sus puntos fuertes y flojos, por ejemplo el lenguaje del cine dificulta a veces poder transmitir al espectador el pensamiento de un personaje y los juegos de rol tienen grandes dificultades a la hora de narrar batallas, combates navales o entre naves espaciales y personajes bardos…
De buenas a primeras descarté las canciones, si nos centramos en melodía y métrica, si nos quedamos en el mensaje, son historias y sobre ellas pivotaban mis pensamientos. Mi pensamiento de partida es que es extremadamente difícil improvisar una historia desde cero en cualquier momento, que además sea buena es aún más difícil. En ese momento recordé que hacía tiempo que quería probar el juego de mesa Relatos de los hobbits, y empecé a pensar en los nuevos juegos de mesa que son de tipo narrativo: Fiasco, Relatos de los hobbits, Érase una vez, Si Señor (padrino) oscuro, Rory’s story cubes, etc.
Mi experiencia como DJ me ha enseñado que en ocasiones para mejorar una partida es mucho más interesante introducir un, llamémoslo minijuego, dentro de la narración. Esos minijuegos en ocasiones transmiten mejor las “sensaciones” a la hora de jugar, por eso he utilizado reglamentos de wargames en partidas, jugado partidas reales de dados o cartas, etc. Entonces me plantee por qué no hacer lo mismo con algún juego de narración.
Estos juegos suelen dar estímulos mediante dibujos, citas o palabras dejando que los jugadores construyan con ellas una historia… y pensé esto puede ser muy interesante. Si los jugadores se apoyan en algún tipo de juego así y conocen la ambientación del juego pueden ir creando trasfondo a medida que juegan (cosa que me interesa muchísimo para Exertas), pero es que además las historias que se inventen pueden ser semillas de aventura, o crear PNJs del pasado y del presente. Nosotros por ejemplo jugando al Relatos de los hobbits acabamos contando tres historias del mismo personaje, un malvado y traicionero montaraz amigo de los orcos llamado Brom el Miserable.
El DJ puede utilizar esas historias como aparecen en El nombre del viento (y su secuela), es decir las historias no tienen por qué ser exactas, si no que pueden ser exageraciones, bulos, o pueden estar incompletas y los PJs deban hacer una investigación previa buscando más fragmentos o versiones de la misma historia. Esto hace que la partida sea más interesante.
También me planteé que un personaje bardo de este modo puede realmente acercarse al arquetipo de personaje y puede ser mucho más interesante de llevar. El jugador puede ir creando historias entre sesión y sesión si quiere, o simplemente en algunas sesiones conseguirá la atención de los demás inventando alguna historia. En partida el master puede también hacer que las habilidades del jugador intervengan. Una buena tirada podría permitirle conseguir beneficios como dinero, contactos otra buena historia (gancho de aventura de nuevo) en medio de la partida, por ejemplo.
Todo ello me ha motivado tanto, que me estoy planteando adaptar algún juego de esos a Exertas, probablemente el Relatos de los Hobbits, ya que la historia solo tiene un narrador y es lo más apropiado para que no acabe perdiendo coherencia.
¿Y vosotros que? ¿Alguien ha probado algo así? O ¿Qué os parece?
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