He estado jugando al CrusadersKings 2, un juego de estrategia ambientado en la Edad Media de
Europa y el Mediterráneo. El objetivo del juego es jugar con una dinastía
desde el año 1066 hasta el 1460. El juego en si está muy bien por muchas razones,
sobretodo por que aborda la estrategia desde una perspectiva diferente que
otros juegos de conquista y desarrollo de territorios, y por las diferentes
facetas que aporta. Pero este no es un blog de videojuegos, es un blog de
juegos de rol y de este juego, hay un aspecto que me ha gustado especialmente y
quería comentar por que se puede utilizar fácilmente en partidas medievales o
medievales fantásticas.
Pese a controlar una dinastía,
también controlas unos territorios, y como no, puedes declarar guerras para
conquistar otros. Pero a diferencia de la mayoría de juegos parecidos en
Crusaders Kings 2 para poder declarar una guerra se debe tener un Casus Belli,
de lo contrario no puedes hacerlo. Y esos Casus Belli son dos: guerra por
religión o guerra por reclamación.
Dejando de lado las guerras
religiosas, las guerras por reclamación sugieren que pese a que en los inicios
de la Edad Media los conflictos bélicos entre diferentes Señores eran
habituales, debían existir una serie de reglas que cumplir, algo que aportara
cierta estabilidad y en caso de no cumplirlas probablemente un Señor podrías
meter en grandes problemas ya que demostraría una ambición sin límites y
probablemente el resto de Señores se aliarían para acabar con el infractor.
Estas normas debían estar refrendadas y/o grarantizadas por una autoridad moral
y/o política: ya sea el Papa, el Rey, o cualquier institución gubernamental (un
conjunto de Señores etc..) En cualquier caso, para poder declarar la guerra a
otro Señor de tu religión (no hereje, ni excomulgado) se debía hacer siempre en
nombre de una Reclamación.
Una Reclamación, es el derecho de
una persona a poseer un título y los territorios que conlleva el título: el
título de Conde de Barcelona por ejemplo, y los territorios asociados (y los
vasallos de su territorio). El hecho de tener derecho de reclamación no implica
que se deba entrar en guerra forzosamente, sin embargo, al poseerlo se puede
declarar una guerra evitando las injerencias o represalias de estamentos
superiores u otros Señores. Claro que para declarar esa guerra, el reclamante
tendría que conseguir el dinero y aliados suficientes para poder armar un
ejército y lanzarse a la guerra, algo que no siempre es posible. Todo esto
cobra especial relevancia en territorios donde el poder de la corona no es
demasiado elevado y los Señores pueden declararse guerras entre ellos sin
consecuencias.
Existen varios tipos de
Reclamaciones:
Reclamación fuerte: Una
reclamación debido a un parentesco directo con un poseedor del título, o el
haber poseído el título en algún momento. Este tipo de reclamación podrá ser
heredada por los hijos del reclamante. Por ejemplo todos los hijos (e hijas) del Conde de
Barcelona tendrán derecho de Reclamación del Condado de Barcelona, y si el
Conde de Barcelona, perdiera el territorio por una guerra (no necesariamente
contra un pariente) o por que un Señor de más alto rango le revocara el título
(con causa o sin causa) y debiera exiliarse a la corte de algún otro Señor
también tendría el derecho a reclamarlo
Reclamación débil: Una
reclamación heredada. El reclamante tiene algún tipo de parentesco con alguien
que alguna vez poseyó el título, puede ser el nieto del Conde de Barcelona, o
el hijo de un Conde de Barcelona destituido. Esta reclamación, no podrá
heredarse si el reclamante no declara una guerra por el título (teniendo en
cuenta que declarar una guerra le implica el riesgo de perder la vida o ser
encarcelado al perder la guerra)
Reclamación de vasallaje:
En el caso de que un vasallo del territorio que debería gobernar un Señor
estuviera sirviendo a otro señor por cualquier causa, el poseedor del título
superior puede reclamar que ese vasallo le sirva directamente. En este caso
habría reclamaciones condales, ducales o reales. Es decir si resultara que el
Barón de la villa de Manresa (dentro del condado de Barcelona) por alguna
contienda anterior estuviera sirviendo al Conde de Lleida en lugar del Conde de
Barcelona, este podría declarar la guerra de reclamación para que le sirviera a
él directamente. En esta guerra evidentemente, se encontrarían por un bando el conde de Lleida y el Barón de Manresa y por el otro el conde de Barcelona.
Reclamación falsa: Una
reclamación que se consigue mediante documentos falsificados, sea registros de
parroquias y nacimientos, árboles genealógicos, o derechos de antiguos títulos.
Todo esto significa un número
elevado de nobles con derechos tengan tierras o no. Por ejemplo si el Conde de
Barcelona se casa con la hija del Conde de Lleida, su hijo primogénito heredará
el condado de Barcelona y el derecho a reclamar el condado de Lleida, el resto
de hijos heredarán los derechos de reclamación de ambos condados. Estos
reclamantes pueden estar en la corte de su Señor familiar y tratar de conspirar
con los vasallos para que se rebelen y le apoyen en sus reclamaciones (a cambio
de prevendas) o podrían exiliarse a otras cortes, tratando de convencer a otros
señores que les apoyen en una guerra de reclamación, a cambio de alianzas,
territorios, impuestos, vasallajes etc. Y el Señor de un título es consciente
de lo peligroso que puede ser que esos reclamantes sigan vivos (sobretodo si
tienen otros territorios, o dinero o buenos aliados) de manera que dormiría más
tranquilo si al reclamante le pasara un desafortunado accidente. Y claro todas
estas reclamaciones afectan a todos los niveles de nobleza desde barones
regentes de un castillo y un pequeño territorio o una villa, condes con
territorios superiores (y varias baronías a su servicio), Duques, con condes y
barones a su servicio o incluso reyes...
Todo eso implica todo un caldo de
cultivo para conspiraciones, asesinatos, intrigas, y conflictos armados que
pueden servir perfectamente para conformar desde una partida hasta el escenario
en la que se enmarca una, pudiendo los pjs ser reclamantes, los asesinos
encargados de alguna tarea, los encargados de conseguir los papeles
falsificados (o destruirlos), participar en una guerra de este tipo, conseguir
pruebas de que un reclamante está buscando apoyos para declararle la guerra a
su familiar etc.
La verdad que está bastante interesante, cada vez me dan más ganas de bajarme el juego.
ResponderEliminarY su extrapolación a rol, la riqueza de ideas que puede aportar me parece sumamente interesante.
Pus la verdad es que merece la pena... pruebalo, pero si te enganchas no es mi culpa ;)
EliminarCon la expansión de los viejos dioses se empieza a jugar en 840, se pueden manejar paganos y, esto es importante, se puede controlar el Reino de Asturias. :-)
ResponderEliminarMola! más años de juego... aunque después de dos partidas me da algo de palo ya...
EliminarEl Reino de Asturias! Mola!!
ResponderEliminarEstoy dándole a los engranajes cerebrales y pensando cómo apañar esto de las reclamaciones en la crónica de Vampiro... Después de todo, los Antiguos están chapados a la antigua, no? :P
Pues es muy buena idea!
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