Uno de los contextos narrativos de aventuras por excelencia es el de la
exploración, entendida como la actividad prolongada de adentrarse en
territorios desconocidos anteriormente o prácticamente desconocidos. Un
contexto narrativo de exploración puede aportar innumerables escenarios
distintos y novedosos, pero a la vez constituye un contexto difícil, bastante
complicado a la hora de dirigir. La exploración como contexto aunque se utilice
normalmente en juegos de sci-fi por la influencia de Star Trek y por que el
género se adecua a ello perfectamente, es posible utilizar la exploración en
multitud de géneros con muy buenos resultados si se consigue darle sentido
dentro de la narración, desde el medieval fantástico hasta los zombies.
Cuando queramos diseñar una partida o campaña de
exploración los primero es encontrar el motivo de la expedición, un motivo
realmente importante que lleve a los pjs a implicarse en ella. No hay que
perder de vista que el motivo de la exploración será a la vez gancho y
metatrama de las aventuras que protagonicen los pjs, y es por eso que hay que
darle la importancia que merece. Este objetivo es importante para que todos,
director y jugadores, tengan siempre claro hacia donde encaminar sus pasos y
evitar que los jugadores tengan la sensación de no saber hacia donde se
dirigen. Por tanto toda partida de exploración debe dejar claro desde el primer
momento cual es el objetivo de la expedición: dar la vuelta al mundo, encontrar
una ruta alternativa, una competición, regresar cargado de un material valioso (y por tanto, ricos), mapear una zona desconocida, el simple regreso a casa tras
perderse o cualquier otro objetivo.
Algunos de los motivos pueden parecer poco importantes,
como mapear una zona desconocida, pero se pueden hacer más atractivos para los
jugadores, si ello permite a los jugadores poder poner sus nombres a nuevos
lugares y pasar a la historia del mundo en que se juegue, hay que adecuar ese
motivo a las necesidades de los jugadores.
Una vez definido el objetivo de la expedición, es
importante que los personajes tengan su motivo para enrolarse en ella y sus
objetivos personales respecto a la expedición, esto ayudará a crear desde
conflictos interesantes hasta aventuras completas, además de potenciar la
interpretación de los jugadores.
Uno de los puntos fuertes de una partida/campaña de exploración es la
diversidad de la situaciones con la que los jugadores se deberán enfrentar.
Mediante una expedición se pueden organizar varios tipos de partidas muy
diferentes con una gran diversidad de personajes, situaciones, enemigos y
estilos de juego, de manera que se puede ir contentando las motivaciones de
cada uno de los jugadores sin perder un hilo de una misma historia. Pueden
convivir partidas de corte militar, con investigación, intrigas y aventuras
perfectamente.
Evidentemente el contexto se disfruta mejor con campañas y mediante un
sandbox, pero otro punto interesante es que permite organizar una campaña
formada a base de one shots no demasiado interconectados, y con una gran
diversidad de personajes, lo que es realmente útil para mesas de juego con
problemas de regularidad o de asistencia de jugadores.
Uno de los puntos que hay que trabajar en este tipo de partidas, es el
desgaste. Los jugadores han de notar que la expedición a medida que se va
alargando se vuelve más complicada no debido a las dificultades a las que se
enfrenta, sino debido a que se puede perder miembros de la expedición o que el material del que disponían en la civilización se
va agotando o falla y eso les perjudica, pero la proximidad al objetivo les debe animar
a no rendirse en esos momentos. El desgaste, además de aportar realismo servirá
perfectamente para ejercer de gancho de aventuras debido a las iniciativas que
deberán tomar para superar los efectos del
desgaste. (reposición de comida, células de energía, agua, armas etc.)
La exploración necesita ofrecer la sensación de tripulación o del grupo de
expedicionarios, hay dinámicas para poderlo realizar como esta (LINK). Al formar parte
de un grupo amplio puede permitir a los jugadores experimentar con diversos
personajes, que pueden ser seleccionados por el mando para cada situación, de
manera que los jugadores tengan diversos personajes.
Las recompensas en el contexto exploratorio más que tesoros o dinero que
puedan llegar a desequilibrar la partida pueden ser muy diversos e interesantes
y que les proporcionen mucha diversión a los jugadores: suministros necesarios para seguir,
materiales que les harán ricos al volver (especias, materiales raros, armas
exoticas, esclavos...), prestigio, o ir subiendo en el escalafón de la
expedición de manera que los pjs puedan empezar obedeciendo órdenes y acabar
dándolas.
Finalmente, la exploración se puede utilizar en casi todos los géneros si
bien en algunos está normalmente más presente que en otros, en algunas
ambientaciones se utiliza bien poco y puede resultar algo muy novedoso aportar
un soplo de aire fresco en las tramas que los jugadores esperan dentro del género.
Sin duda es uno de los tipos de crónica que más éxito me ha dado como máster.
ResponderEliminarEn concreto destaco una que hice para Canción de Hielo y Fuego: El juego de Rol, en la que los pjs exploraron el continente desconocido de Sothoryos, y a lo largo de la expedición sufrieron muchas desventuras, tormentas, remolinos, el ataque de un kraken, lagartos gigantes en las junglas, civilizaciones poco amistosas, falta de comida y tripulación, un incidente con un gigante, etc.
De vuelta en Poniente el maestre y el capitán de la expedición presentaron un libro-atlas en la Ciudadela y un cónclave de maestres que tuvo una gran recepción y expectación.
Sin duda pienso repetir el tipo de aventura!!
Genial! una magnífica recompensa!
EliminarAunque siempre he querido hacer alguna partida de este tipo, nunca he terminado de ponerme a ello. Ahora que voy a empezar una nueva campaña puede que me anime.
ResponderEliminarY si no, en el futuro...
ResponderEliminar