El proceso mediante el cual el jugador da rienda suelta a su imaginación y se
sumerge en el contexto narrativo del juego
y en el personaje a interpretar podría llamarse inmersión. Sin una buena
inmersión es muy difícil que el jugador consiga una buena interpretación en el
contexto que le presenta el director de juego. La inmersión de grupo de jugadores
es básica para conseguir mejores experiencias lúdicas y mejores narraciones. Toda
la mesa de juego es responsable del proceso de inmersión, como en la narración,
pero el director tiene un peso mayor de responsabilidad. Por eso conseguir una
buena inmersión de los jugadores es una de las tareas más importantes en el día
a día de las partidas.
Un proceso incorrecto de inmersión propicia una serie de consecuencias
negativas para la narración, las principales son:
Interpretaciones deficitarias: Los jugadores no logran meterse en la piel
de sus personajes. Son ellos mismos en la piel de un personaje, actuando
mediante su juicio y personalidad, no mediante la personalidad y juicio del
personaje.
Presentismo: Los jugadores obvian
costumbres, códigos, conductas, valores etc. propias del contexto histórico y
geográfico en el que están jugando utilizando a su vez sus equivalentes
actuales y locales.
Falta de concentración: Si bien en una partida es habitual que sea un
momento de ocio y diversión en el que caben bromas, chascarrillos y otras
interferencias, el exceso perjudica la propia partida en múltiples aspectos de
la misma manera que la publicidad no favorece el visionado de películas.
Como directores ante un grupo de jugadores que no consiguen una correcta
inmersión hay que plantearse si se utilizan las técnicas necesarias o se trata
de un problema de actitud de los jugadores.
Para conseguir un buen proceso de inmersión como director debe:
Transmitir los pormenores del contexto narrativo (ambiental, histórico, cultural, nivel tecnológico…) en el que se enmarcan los personajes, y
transmitirlo de una manera equilibrada que permita una asimilación por parte del
jugador de estos conceptos.
Transmitir a los jugadores la sensación de libre albedrío de sus
personajes. Que sientan que ellos guían el destino de sus personajes
independientemente de las ideas del director de juego. No se pueden encontrar
límites a parte de los que marca la lógica y las leyes físicas del contexto.
Transmitir la sensación de interactividad en el contexto. Las acciones de
los personajes han de tener respuestas inmediatas y consecuencias a largo plazo en el
contexto y en los personajes no jugadores.
Detallar el entorno con el que el jugador interacciona de manera habitual,
de la misma manera que como personas tenemos imágenes mentales más concretas de
nuestro entorno habitual que del resto.
Transmitir coherencia y lógica en el contexto narrativo, personajes y diferentes
tramas que pueda albergar la partida. No entender porque ocurre algún fenómeno
espolea la curiosidad, entender que el contexto aleatorio e la trama ilógica
desconcentra y perjudica a la inmersión de la misma manera que en una película
un error evidente, un efecto especial pobre o una falta de lógica en el guión
te desconcentra.
Velar por la motivación de los jugadores. Un jugador motivado conseguirá
más fácilmente la inmersión siempre.
Transmitir actuaciones correctas y creíbles de los pnjs. Hacer un esfuerzo en
ello espolea a los jugadores, hablarle cara a cara al personaje, no al jugador
(Nada de "el tabernero te dice ¿Qué quieres?". Tú le dices con voz impostada a tu
jugador:"¿Qué vas a tomar?" y que el
responda)
Transmitir a los jugadores la importancia del compromiso de la mesa de
juego con la inmersión y velar para que se eviten interrupciones disruptivas
del proceso.
Buscar y utilizar técnicas que favorezcan la inmersión como el uso de
música y ofrecer técnicas personales a la mesa de juego como el uso del
lenguaje histórico u otras
En mis partidas me gusta interactuar con los jugadores interpretando a los pnj(incluso cambiando mi voz) así se dan ocasiones de bromas.
ResponderEliminartambién ayuda, y si ven que te lo tomas en serio también hace que ellos se lo tomen más en serio, claro.
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