En el centro de Catalunya, en una
llanura dominada por campos de cereal, podemos encontrar una colina que domina
la confluencia entre dos pequeños ríos, donde descansa Montfalcó Murallat
(Montehalcón enmurallado sería una traducción al español), un pequeño pueblo
verdaderamente bonito. Montfalcó resulta
un escenario realmente interesante, por las características que tiene:
El origen del pueblo es un castillo del siglo XI, construido durante la
reconquista, el avance cristiano hizo que pronto el castillo perdiera gran
parte de su función defensiva, su
cercanía con Cervera y el desarrollo de ésta última como ciudad, supuso que el
castillo perdiera tanto importancia estratégica como demográfica. Podría haber
acabado como muchos de los innumerables castillos que pueblan la península
deshabitados, abandonados a su suerte durante años, cantera de otros edificios
o simplemente olvidados en un paraje remoto, pero su evolución fue otra.
En muchas ocasiones en lugares cercanos a los castillos, en zonas más
habitables y desprotegidas se fundaban aldeas que crecían a los pies de su castillo,
y una vez deshabitado el castillo las aldeas seguían con su vida diaria. En el
caso que nos ocupa, no surgió ninguna aldea cercana, el castillo de Montfalcó quedó
deshabitado y si bien el edificio principal del castillo se mantuvo en pie, las
dependencias anexas al castillo que podemos imaginar que serían cuadras, herrería,
barracones, se fueron convirtiendo en las viviendas de una aldea. El patio del
castillo fue ocupado por más viviendas de pobladores, que se quedaron
cultivando las tierras anexas, convirtiendo poco a poco la fortaleza en un
pequeño pueblo. Un pueblo de callejuelas estrechas y laberínticas en un espacio
reducido totalmente rodeado por una muralla, con una sola entrada y salida de
él. Un pueblo-castillo.
Un pueblo de estas características resulta de lo más inspirador de cara a utilizarlo
en partidas de diversas temáticas. Si bien hay que tener en cuenta de que una
vez el castillo se ha transformado en pueblo se supone que ya se encuentra en
una zona que ya no es fronteriza, la propia historia de España con innumerables
insurrecciones, guerras de sucesión (entre ellos las 3 carlistas) y guerras
civiles (tanto catalana
como española) nos enseña que podemos utilizarlo de contexto narrativo para una
partida con un conflicto bélico cercano, tanto siendo los jugadores personajes
extraños al pueblo o habitantes de él.
Del mismo modo puede utilizarse de una forma muy interesante como escenario
moderno en un apocalipsis zombie, todo
un pueblo, que aún hoy en día utiliza incluso la cisterna del castillo como
fuente de agua, protegido por la muralla con un único acceso, cerca de una
pequeña ciudad donde conseguir suministros y al
lado de dos de las carreteras más modernas de Catalunya, donde sin lugar a
dudas podremos encontrar vehículos llenos de recursos abandonados.
Pero la utilización que me parece más interesante es en partidas de terror
o investigación, de cualquier época desde medieval para Aquelarre, hasta actual. Unos cuantos investigadores que deben moverse en un escenario
tan cerrado y opresivo, donde es tan fácil ser controlado por los vecinos investigando
los secretos que pueda albergar el castillo o los pobladores del pueblo creo
que puede llegar a crear un verdadero clima claustrofóbico en cualquier partida
ya que en el caso de que se meta la pata se convierte automáticamente en una
ratonera mortal para los jugadores, y ellos son conscientes de ello. Imagina que
el dueño del castillo fuera un vampiro, un brujo o algo peor, o que los habitantes del
pueblo hubieran decidido quedarse protegiendo cualquier cosa (desde algo
malvado, hasta algo que debiera ser protegido de malas manos).
Esta foto evidentemente es un montaje |
Como podéis ver el viajar con una mirada rolera vuelve a dar sus frutos.
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